sexta-feira, 26 de agosto de 2011

Jorge Garcia: As pedaladas de solidariedade são notícia nas Astúrias

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El ciclista discapacitado Jorge García pasa por Asturias en un recorrido de 2.407 kilómetros para ayudar a los bomberos de su pueblo en Portugal.

Podría pasar por un turista más en la capital asturiana este agosto, pero sus piernas esconden un secreto. Con devoción, se arrodillan en la catedral de Oviedo, agradeciendo una nueva jornada sin incidentes en su particular peregrinaje. Entró en Asturias por Llanes el día 22 y saldrá hoy por Ribadeo rumbo Galicia.

Han pasado diez días desde que abandonó su hogar en Suiza en su bicicleta y aún le quedan cinco más para alcanzar su meta en Loriga, Portugal. No es ni el primero ni será el último que cumpla una hazaña deportiva atravesando cuatro países, -Suiza, Francia, España y Portugal-. El detalle no tan común es que le espera su bicicleta reclinada, adaptada a su discapacidad a la salida del templo más representativo de Oviedo.

Quizá agradezca a San Salvador cómo ha evolucionado su vida en los últimos once años. Cuando perdió un brazo en el año 2000 por un accidente laboral, Jorge García pensó que jamás se recuperaría y los cuatro años sucesivos confiesa que no levantó cabeza. En esos momentos de desesperación, una imagen de su juventud recorría su mente y le ayudó a reponerse: las carreras que hacía por Loriga, su ciudad natal portuguesa, con la ayuda de los bomberos de allí.

Entonces, en el año 2004, llegó a los oídos de Jorge la noticia de que el centro de estos bomberos se encontraba en ruinas y necesitaba 60.000 euros para su reconstrucción.

“La vida se mide por detalles humanos, del corazón”, dice, y por ese motivo planeó la ruta de 2.407 kilómetros desde su casa hasta Loriga. Su recorrido respeta el Camino de Santiago, que le recuerda a García la religión, que le ayudó a salir adelante, aunque las donaciones económicas de la gente, también resultaron decisivas. “por la voluntad se pueden comprar kilómetros”, explica García aunque se trate de una medida más bien simbólica para sufragar la reconstrucción del edificio de los bomberos portugueses.

Tan entregado a la causa está que afirma ahorrar todo lo posible durante el viaje. “Duermo en un saco de dormir en la calle para que los bomberos perciban la mayor parte del dinero”, justifica, y explica los motivos por los que se ha retrasado un poco en su viaje “Estos últimos cuatro días de lluvia han sido matadores”, comentaba ayer, aunque sus ánimos no flaqueen y en su camino brille el sol.

La voz de Asturias

Comentário publicado (1)

He visto en el la página de los bomberos de ese pueblo que el edificio no estaba en ruinas, es nuevo.pero se ha quedado a medias. Ese hombre, así como tantos otros discapacitados, son una inspiración en estos tiempos de crisis y quejas. Eso sí, no ha tenido mucha suerte con el tiempo de aquí.

Por: Tino Menéndez

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